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ACTIVIDAD BLOQUE V: CUENTACUENTOS ``ELMER´´



Había una vez una manada de elefantes. Los había de tooodos los tipos: jóvenes, viejos, altos, gordos, del mismo color… todos menos Elmer.
Elmer era distinto, ¡era de todos los colores! Elmer era azul y naranja y rosa y verde y amarillo y blanco… Elmer era de color elefante.
Con Elmer, todos los elefantes se lo pasaban genial. Contaba los mejores chistes de la selva, conseguía hacer reír hasta al más serio y gastaba las mejores bromas que pudieran existir.
Pero una noche, cuando todo el mundo dormía, Elmer no podía parar de pensaaar y pensaaar. ``¿Dónde se ha visto un elefante de colores? – se decía- no me extraña que se rían de mí´´. Lo que le pasaba a Elmer es que no le gustaba ser diferente de los demás, ¡hasta que se le ocurrió una idea!.
Así que a la mañana siguiente, cuando todos sus amigos seguían durmiendo, Elmer se despertó antes que nadie y se marchó sigilooosamente, sin hacer naaada de ruido para que nadie se diera cuenta.
Caminando por la selva, Elmer se encontró con muchísimos animales, pero todos le decían:  ``Buenos días Elmer´´, y Elmer siempre sonreía y contestaba: ``Buenos días´´.
Después de horas andando, Elmer llegó al sitio que buscaba: un gran arbusto, pero no uno cualquiera, un arbusto lleno de bayas color elefante, ¿así que qué hizo? Elmer sacudió con su larguíiiisima trompa todas las ramas de arbusto, y empezaron a caer todas las bayas color elefante. Así que Elmer no se lo pensó dos veces, se tiró al suelo y empezó a rodar a la izquierda… a la derecha… de un lado para otro, hasta que consiguió tener el aspecto de cualquier otro elefante.
Entonces, Elmer emprendió su camino a casa. Se volvió a cruzar con muchísimos animales, pero esta vez, todo era distinto… Todos los animales le decían: ``Buenos días, señor elefante´´, y Elmer, sonreía y decía: ``Buenos días´´.
Cuando volvió con todos sus amigos, todos descansaban tranquilamente, pero se dio cuenta que algo raro sucedía. Tooodo estaba como siempre, pero al ver Elmer a todos sus compañeros tan serios, quietos y callados, más risa le entraba.
¿Y qué ocurrió? Que al final, no pudo aguantarse más. Levantó la tropa y gritó con todas sus fuerzas.
Los elefantes quedaron patidifusos, ¡no se lo podían creer, era Elmer! Y todos ellos rompieron a reír como nunca antes lo habían hecho. Mientras se reían, empezó a llover, y a medida que las gotas iban cayendo sobre Elmer, iban dejando al descubierto sus colores.
Todos los elefantes de la selva decidieron conmemorar ese día como el Día de Elmer. Todos los años en el Día de Elmer, todos los elefantes se pintan de colores excepto Elmer, que se pinta de color elefante.
Ese día, si por casualidad ves a un elefante con la piel de color elefante, seguro que es Elmer.

Y COLORÍN COLORADO… ESTE CUENTO SE HA ACABADO

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1 comentarios:

Irune Labajo dijo...

No has explicado cómo preparaste y llevaste a cabo la actividad...

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